ESPAÑOL

Concierto pequeño por dos pies

La performans on-line fue parte del festival: Austral desde o virtual Festival Internacional de Performance Art de Buenos Aires

En mi departamento tengo un piano antiguo, cuya historia es de guerra y amor. No soy música, pero en mi infancia intenté aprender a tocar sin éxito. Aunque este piano fue mi pesadilla no puedo dejarlo ni venderlo por su gran valor emocional… ¿qué hacer con este gran souvenir entonces? Les quiero presentar a ustedes un pequeño concierto: un concierto tocado por dos pies en lugar de dos manos. Concierto en el que la persona que toca no está sentada en la silla sino en el piano, en el que cada paso da un sonido. Concierto al revés, por un lado elegante – tocado en tacones altos, por otro lado, absurdo. Tocado por una mujer consiente de su sensualidad y al mismo tiempo parecido al juego de una niña.

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Historia del piano: durante la segunda guerra mundial una familia judía le dejó a mi abuela un piano y le dijo que si sobrevivían a la guerra, la buscarían a ella y al piano. En el tiempo complicado de la guerra mi abuela con toda su familia tuvo que huir del Lviv pero no podía dejar el piano porque le había prometido a la familia judía guardarlo. Finalmente el piano cruzó la frontera de Polonia: unos monjes aceptaron llevar el piano consigo a Cracovia, y guardarlo hasta que mi abuela María pudiera ir a buscarlo. El tiempo pasaba y un día a Opole (donde vivía mi abuela después de la guerra y donde ahora vivo yo), llegó un telegrama. Los monjes tenían que mudarse y ya no podían tener el piano. Y en este momento la historia de la guerra se mezcla con la historia de amor: mi abuelo (quien todavía no era mi abuelo pero era el novio de María) dijo que le iba llevar a ella el piano y lo hizo. Llevó el piano desde Cracovia en tren a Opole, a casa de mi abuela. Ahora lo tengo yo y no lo puedo dejar, quizás un día alguien venga a buscarlo.